Los Difuntos.
   Empieza el invierno, pues, recordando a aquellos que vivieron entre nosotros y se fueron para siempre. Todo se prepara el día uno de noviembre, es, entonces, cuando en las casas se consumen "huesos de santo" y buñuelos de viento. Durante todo el día hay visitas a los cementerios con el fin de limpiar las sepulturas y colocar flores en ellas.

   Las Matanzas.
"Todo cerdo tiene su San Martín", así reza la tradición popular en alusión a hecho de que, habitualmente, se comenzaba a matar por esta fecha: el once de noviembre. Sin embargo, en la actualidad es mucho más común hacerlo en las vacaciones de Navidad, cuando toda la familia puede estar presente para echar una mano.

En la noche de Fin de Año es, seguramente, la más ancestral fiesta de Alaejos donde el cielo de la Villa se tiñe de un rojo anaranjado que anuncia un nuevo ciclo para los vecinos .

San Antón.
Con esta fiesta comenzaban oficialmente los carnavales, es decir, la época de la inversión del orden establecido, aquí son los animales los que reciben la bendición divina, en vez de las gentes. Era entonces cuando tenían lugar las llamadas "Caballadas" o cortejo de asnos montados por los mozos y con los cuellos engalanados de ristras de chorizos. Tras esto, las pandillas se reúnen para celebrar la Sanantonada y comerse ricos manjares. Con anterioridad, en la noche de la víspera, se ha rondado a las mozas y se han adornado sus portales con ramas de retama y con paja.

Las Aguedas.
Últimamente ha resurgido esta fiesta en la Villa, y el número de "aguedonas" es abultado. Todas se han lanzado a hacerse ropas de nuevo cuño que tratan de imitar a las que llevaron sus abuelas hace años.

Carnavales.
Para finalizar el invierno llegan los auténticos carnavales comienzan en el "Jueves de Compadres" y el "Jueves de Comadres" con meriendas en el campo a base de hornazos y mondongo. El Carnaval culmina en el "Domingo Gordo" jornada repartida entre celebraciones religiosas y profanas.

Semana Santa y Pascua de Resurrección.
Comienza este periodo, en el Domingo de Ramos, con la procesión de los ramos que, en el caso de Alaejos, son de laurel, con cuyas hojas se condimentará el puchero de todo el año. Durante el Jueves y el Viernes Santo, los magníficos pasos y sus cofradías salen por las calles. Destaca la procesión llamada "del Silencio", el Viernes Santo a la media noche, en la que sale solitaria y silenciosamente el paso de "la Dolorosa" y su cofradía.
Y, mientras tanto, los feligreses juegan a las chapas. Tras la gran noche del Sábado de Gloria y el Bautismo del Cirio Pascual, llegamos al Domingo de Resurrección, con la misa y la procesión del "Encuentro", donde todo es júbilo por la reunión entre la Madre y el Resucitado.
El mes de Mayo.
Este mes tiene un profundo significado en Alaejos, esta todo él cargado de celebraciones.

La primera celebración es el 10 de Mayo,fiesta que conmemora a la patrona de la Villa, Nuestra Señora de la Casita, con misa y romería en la ermita.
Inmediatamente después llega el día de San Isidro, patrón de los agricultores y, por tanto, es fiesta en Alaejos. Tras la misa, la procesión lleva al Santo a bendecir los campos; tras esto, el mayordomo correspondiente invita a los vecinos del Pueblo, en la Hermandad de Labradores, a vino y dulces. Por la tarde el Pueblo se acerca a los pinares para la merienda, en la que no puede faltar la típica empanada de Alaejos.

El Corpus.
También es un día grande para Alaejos, debemos destacar la procesión del Santísimo Sacramento, escoltado por los niños que acaban de recibir su Primera Comunión y por los palios de las parroquias. Las calles se engalanan con los mejores tercios y, al paso del Señor, se arrojan las primeras flores de la temporada junto con hierbas olorosas.
Fiestas de septiembre
En honor a la Virgen de la Casita. Son las fiestas por excelencia en cuanto a número de gente que se reúne y festejos que comprenden.
En las fiestas juegan un papel importante los acontecimientos taurinos, con una gran afición en la Villa: además de las novilladas, no pueden faltar los encierros por las calles y por el campo -a caballo-; ni las verbenas con suelta de vacas y, sobre todo, que no pare la música. (Ver en el menú el programa de fiestas).

Volver